Modelos cerraduras


En el mercado existen varios tipos de cerraduras cuya elección dependen del tipo de puerta, dimensiones y uso que le vayamos a dar. Los tipo más comunes son: Tubular, compuesta por un sistema 'monobloque'. El picaporte y la cerradura forman parte de un mismo mecanismo. Cuenta con un botón que permite cerrar la puerta desde el interior o un orificio en ambos lados para llave. Es la cerradura más habitual en los baños públicos, pero también puede emplearse en el baño de la casa o en una habitación que se quiere cerrar por dentro.  Embutidas o empotradas, se encajan en el lado estrecho de la puerta o canto. Se emplean, sobre todo, en puertas exteriores acorazadas, en carpintería de madera o metálica. Es el sistema más utilizado en las viviendas. Se abren mediante una manilla que se coloca en el interior y, al girar, retrae el pestillo. En el exterior queda el embellecedor, sin manilla. La principal ventaja es que no hace falta cerrar con llave para que la puerta quede bloqueada, aunque hacerlo aporta más seguridad. Sobrepuestas: Cuando no es posible encajar una cerradura en la puerta porque ésta es demasiado estrecha (menos de 40 milímetros de grosor), la cerradura se coloca a la vista o sobre la propia puerta. Este sistema se suele utilizar en las puertas exteriores y se fija por el interior, que dispone de un tirador para abrir. Cerraduras de seguridad, pueden elegirse las de embutir o sobreponer. Según las necesidades de seguridad, se colocan con un mayor o menor nivel de protección, con más o menos anclajes. Suelen contar con sistemas antiganzúa. Son las cerraduras más habituales en las puertas blindadas o dobles. Resultan muy prácticas en el hogar o en las residencias de veraneo, que están deshabitadas durante más tiempo. Cilíndricas, se emplean en las puertas exteriores, con un cilindro bombín (donde se introduce la llave) de pera o perfil europeo. Son las más frecuentes en una vivienda, pero también suelen instalarse en comercios, oficinas o edificios públicos, que exigen un nivel mayor de seguridad. Multipunto, en puertas macizas o blindadas, incrementan la seguridad gracias a los puntos de anclaje (de 3 a 5). Estos puntos se colocan tanto en el lateral, como en la parte superior e inferior de la puerta. Así se consigue 'engancharla' al marco y dificultar el acceso a los cacos, aunque también será más caro abrirlas si nos olvidamos las llaves y hay que llamar a un cerrajero. De borjas, son más fáciles de forzar con una ganzúa, pero cuesta abrirlas con otros sistemas. Actualmente tienden a desaparecer, ya que cuando se desgastan son complicadas de duplicar y se enganchan más fácilmente. Electrónica o digital, son las más modernas. Se abren y bloquean con un código, una tarjeta o, incluso, la huella digital. Su uso todavía está limitado a edificios con medidas especiales de seguridad u hoteles, aunque también se pueden instalar en una vivienda y programarlas gracias a la domótica. Son muy útiles en las puertas de los garajes o trasteros comunitarios, para que sólo los propietarios puedan entrar. 
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